Etiquetas

sábado, 16 de marzo de 2013

Pagar por el Whatsapp

  Sí, señores y señoras, hay que empezar a pagar por el Whatsapp (mal escrito, lo sé). El primer año es gratis, de prueba, pero luego ya toca soltar la pasta.
  Un euro al año, creo. Uy, perdón. Ochenta y nueve céntimos. Luego hay otras tarifas. Dos euros y cuarenta céntimos por tres años, por ejemplo. Una fortuna, sin duda alguna. ¡Y con la que está cayendo! 
   Pequeño drama nacional.
   Afortunadamente no todo está perdido. Hay alternativas, otros servicios de mensajería. El Line por ejemplo, que se ofrece gratis forever and ever.
   Uy, por cierto, y digo yo¿y cómo se mantiene una empresa que ofrece sus servicios gratis forever and ever?
   Les cuento. Lo de gratis es relativo. Cuando uno se descarga tanto el Whatsapp como el Line, o cualquiera de esas aplicaciones tan necesarias para la vida, autoriza a la empresa fabricante a tener acceso a sus llamadas, sus SMS, sus datos almacenados... en resumen, a todo el contenido de su teléfono. El negocio, según parece, está en vender esta información a las agencias de publicidad para que le anuncien a través de internet justo el pantalón que estaba buscando. Este fin no tiene nada de malo. Pero sí que es preocupante que creamos que nuestra información personal no vale nada. Que la demos alegremente a cambio de un servicio que luego consideramos que nos ha salido gratis. La conclusión es: merece más la pena indignarse cuando te exigen ochenta y nueve céntimos al año que cuando te exigen saber dónde vives y donde estás en cada momento, a quién llamas y cuándo, acceder a tus vídeos, tus fotos, leer lo que opinas, lo que les dices a tus amigos, la música que escuchas y todas esas cosas irrelevantes.
   Hace poco leí a alguien muchísimo más instruido que yo referirse a este tema en un espacio mucho más respetable que éste... diciendo que se notaba que no habíamos leído a Orwell.

No hay comentarios:

Publicar un comentario