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domingo, 17 de noviembre de 2013

Una clase de bachillerato

   La reina de Blancanieves... siempre cuenta esas historias. Tan penosas. Tan diferentes del Barça.
   En la última fila, sus alumnos esconden los móviles en los estuches. En la primera toman apuntes, casi compulsivamnte. O sin el casi.
   - Psst... ¿que morimos cuándo, ha dicho?
   - Cada día.
   - Oc.
   Y ella machaca un chicle con furia, entre sus dientes amarillos, y habla con una chulería extraña. Hay que verla.
   La reina de Blancanieves, que tiene la piel muy blanca, los ojos verdes.
   - ¿Que las apariencias engañan?
   - Sí.
   Es una joven vieja. Fina y bella. Blanda y fea.
   - ¿La contraqué?
   - La Contrarreforma.
   - ¿Y eso qués?
   - ¡Quia, eres una puta pesada! ¡Atiende!
   - Vaale chica, no te pongas así... aish...
   El humo le ha estropeado un poco la voz. Tose.
   Tiene maneras de actriz, y gesticula, y parece que ella misma vaya a desenvainar una espada, en cualquier momento. Lee un poema, en voz alta y se emociona. Entonces hace una pregunta.
    En la última fila, sus alumnos esconden los móviles en los estuches. En la primera, alguien rápidamente responde algo. Hay quien escucha, hay quien no. Algunos suspenderán, otros van a aprobar y habrá quien saque un diez, pero ¿alguien oye lo que escucha?
 
 

sábado, 2 de noviembre de 2013

1 de noviembre

   Todo el mundo está de resaca.
   Y yo en el cementerio.
   Una gitana besa el cristal de una tumba. Advierte mi presencia y gira el ojo hacia mí, sin despegar los labios. Yo no debería estar ahí. Desaparezco. O lo intento.
   Las hormigas son enormes. Pero no tengo miedo. He crecido.
   ¿Este año fucsia? Las modas llegan y pasan. El rojo y el blanco son los colores. De los claveles. Es hora de buscar un nombre.
   Mi madre está limpiando la lápida. Mi abuela atiende. Mi hermano la coge del brazo. Hace calor.
   Los cipreses... el cielo.
   Hay lápidas limpias. Hay lápidas sucias. Hay lápidas sin flores. Al menos quedan los nombres...
   Bueno, no siempre. Hay por allí huesos sin nombre. Huesos revueltos. Que a veces brotan. Cráneos que decoran las habitaciones de algún quinceañero de uñas negras... madre mía...
   Si ellos estuvieran hoy aquí, ¿que pensarían?