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domingo, 21 de abril de 2013

Estudia ciencias, si puedes

   "Tú deberías estar en ciencias" me dijo una compañera de clase. "¿Por qué?" pregunté con desconcierto. La respuesta fue tan rotunda como preocupante "Porque tú vales".
 
   Meses antes de empezar el curso, una profesora que me apreciaba y deseaba mi bien había intentado convencerme de que escogiera la opción científica. A pesar de que puso en ello un esfuerzo sincero, me negué.
    Entre sus argumentos, estaban los siguientes: "Tú eres inteligente, tienes capacidad para sacarte el bachillerato de ciencias, hacer cualquier otra cosa sería desaprovechar esta capacidad. Una lástima." O bien: "En ciencias te vas a encontrar un ambiente positivo, de gente trabajadora, realmente interesada en estudiar, que te permitirá rendir al máximo. En letras te rodearás de vagos, lo cual hará que te relajes y te abandones". Por supuesto, también me decía aquello de que "Ciencias tiene más futuro".
   No eran opiniones extrañas. Ni alejadas de la realidad. De hecho, mi decisión fue entendida, entre algunas personas, como una especie de suicidio académico. Porque en general, la consigna es: "Estudia ciencias, si puedes." Y así nos va.
 
   Los mejores estudiantes hacen ciencias. Y estoy pensando que tal vez esto tenga algo que ver en el hecho de que domine nuestras vidas una lógica aplastante, impecable.
   Los vagos y menos capaces hacen letras. Porque no les queda otra opción, se supone. Y tal vez por eso, se postran, impotentes y serviles, ante dicha lógica, o bien proponen alternativas absurdas.  
   ¿Y a los que nos empeñamos en ir donde no nos toca, qué nos espera?
   Pues puede que un día, nos encontremos tirados como colillas en algún hediondo callejón de barriada, y cueste levantarse, mientras las manchas de sangre se extienden lentamente por la tela del sucio y triste y ridículo disfraz de superhéroe. Y entonces nos demos cuenta de que, efectivamente, nos equivocamos. La cagamos.
 
   Pero no tiene porqué ser así, joder. No tiene porqué.