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viernes, 2 de noviembre de 2012

La autopista (descrita en un día gris)

   Imagínate un tramo de autopista nuevo, recto, amplio y largo. Imagínatelo en un día claro. Por él circulan felizmente los Ferraris nuevecitos de los niños mimados, y algún que otro todoterreno negro, con cara de rottweiler. Mira. Allá va un deportivo afilado, rojo, con una matrícula llamativa. Incluso pasa por allí un cani-móvil de estos con fuego pintado y llantas doradas. Los conducen como si fueran aviones. Aceleran con el alma para el gran despegue que vencerá la gravedad y los hará libres.
   Y yo estoy ahí, entre ellos, conduciendo hacia el mismo lugar, varias veces al borde del infarto. Ojalá hubiera otro camino para llegar allí, pienso, pero la autopista es la única opción. Por eso circulo entre ellos. Los veo pasar, aunque me cuesta apreciarlos, a bordo de mi jodido Seat 600...

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